La resistencia bacteriana a antibióticos, especialmente en Pseudomonas aeruginosa, es un creciente problema de salud global. Se estima que para 2050, la resistencia podría causar aproximadamente diez millones de muertes anuales. La prescripción innecesaria y la automedicación son los principales contribuyentes a este fenómeno. Un estudio realizado entre 2021 y 2023 analizó 80 cultivos positivos de P. aeruginosa, obtenidos de pacientes hospitalizados con diversas infecciones, revelando un 8.7% de resistencia a Betalactamasas de Espectro Extendido (BLEE) y un alarmante 27.5% de resistencia a carbapenemasas. En total, un 48.7% de las cepas analizadas mostraron resistencia, destacando un 33.7% de multirresistencia.
El análisis mostró que la pandemia de COVID-19 exacerbó la situación, con un pico de multirresistencia en 2021 (48.1%), pero una disminución en 2023 (7.4%), sugiriendo una posible estabilización. La mayoría de los pacientes eran adultos mayores con comorbilidades, indicando que estos grupos son especialmente vulnerables. Además, el tipo de cultivos predominantes fueron las secreciones traqueales, lo que refleja la alta incidencia de infecciones respiratorias en pacientes críticos.
Este estudio subraya la necesidad de vigilancia constante y políticas efectivas de control de infecciones. Los hallazgos destacan la importancia de adaptar los protocolos de tratamiento y prevención en entornos clínicos, especialmente en unidades de cuidados intensivos, para manejar la resistencia bacteriana de manera más efectiva.